Fuego Santo: del Sepulcro a las calles de Jerusalén con motivo de la Pascua de los cristianos ortodoxos

2021-05-01 18:34:04
Los gritos de alegría de los fieles expectantes que han conseguido verlo a través de las pequeñas ventanas laterales se elevan unos segundos antes de que la llama del Fuego Santo salga del edículo del Santo Sepulcro. Es el momento más esperado de la Pascua de los cristianos ortodoxos en Jerusalén: la luz que, según la tradición se enciende de manera milagrosa en el lugar donde fue sepultado Jesús, ilumina pronto toda la Basílica. La antiquísima celebración del Sábado Santo para las iglesias que siguen el calendario oriental, el juliano, une la liturgia con momentos de fiesta popular. Por la mañana el Sepulcro, desprovisto de todas las decoraciones que habitualmente hay en su interior, es clausurado con un sello de miel y cera. La Basílica se llena, llegan los fieles del barrio cristiano con sus cantos, mientras que los scouts tocan por las calles de la ciudad vieja. El patriarca greco-ortodoxo, Teófilo III, da tres vueltas entorno al edículo del Sepulcro, desde donde saldrá con el Fuego Santo. Tras él, ataviados con valiosos ornamentos, desfilan los líderes de las iglesias ortodoxas armenia, siriaca y copta. En pocos minutos las calles se llenan de antorchas y velas, pequeños cirios o grandes llamas pasan de mano en mano para llegar a las casas y a todas las personas que salen a las calles a festejarlo. Pero la luz llegará en pocas horas mucho más lejos. En la puerta de Jaffa, una hilera de automóviles espera para llevar al aeropuerto de Tel Aviv las velas que, a través vuelos chárter especiales, llegarán a las capitales de los países ortodoxos, desde Grecia hasta Rusia, pasando por Polonia o Ucrania. Todas las iglesias ortodoxas deberán esperar la llegada del fuego de Jerusalén antes de poder comenzar a celebrar, por la noche, la vigilia pascual.
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino

San Nicolás Peregrino es un niño griego nacido en 1075, que conoció a Jesús con ocho años y al verlo recibió de él la oración de su corazón. Fue venerado como santo por los católicos y permaneció así durante aproximadamente nueve siglos. En 2023, los griegos ortodoxos de Italia lo incluyeron en su calendario litúrgico. Un santo verdaderamente ecuménico, que tiene tanto que decir a los peregrinos que hoy llegan a Jerusalén. Su vida está escrita en el libro de Mons. Natale Albino, diplomático de la Santa Sede.