Jueves Santo en Jerusalén

2020-04-10 10:10:17
Con una nueva apertura extraordinaria de las puertas de la Basílica del Santo Sepulcro comienza, en el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén, el Triduo Pascual. La memoria de la Última Cena de Jesús aquí se celebra a primera hora de la mañana, de nuevo con un número reducido de celebrantes, distantes entre ellos a causa de las medidas anticoronavirus en vigor desde hoy. Fr. SALVADOR ROSAS FLORES, ofm Presidente Convento Santo Sepulcro "Esta es la única y gran diferencia: El número de participantes. Porque las celebraciones del jueves, del viernes, del sábado santo y del domingo de Resurrección se harán, serán siempre las mismas. Seremos pocos, es cierto, pero esos pocos —sobre todo la comunidad que habita este Santo Lugar— estarán presentes como han estado durante todos estos siglos en nombre de la Iglesia Universal." Las oraciones cantadas de la mañana este año son más numerosas de lo habitual a causa de algunas modificaciones en la liturgia. Además el trabajo de los sacristanes hace que el comienzo del día más sagrado del año para los cristianos sea claramente visible: El color de los ornamentos cambia del morado al blanco, se añaden flores al altar. Para mostrar el camino que lleva al Padre, Jesús lava los pies a los suyos —indicó en su homilía Mons. Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén. Cada gesto de amor, lo que se haga al estilo del lavatorio de pies, vivido en el servicio, en el amor gratuito, en la donación total de sí mismo, será un gesto de vida verdadero y por tanto infinito. En estos días —continúa Mons. Pizzaballa— nos vemos afectados y heridos en lo que más queremos: nuestras relaciones humanas. Y en este extraño y doloroso momento podemos tal vez leer una llamada a repensar y purificar nuestras relaciones familiares, a refundir la iglesia doméstica a la luz de este Evangelio, que nos indica en el gesto de lavarse los pies la manera para curar nuestras relaciones, el camino hacia el Padre.” Cancelado el rito del lavatorio de pies, aplazada la bendición del crisma, del óleo de los catecúmenos y el de los enfermos. Se mantiene, al término de la santa misa, la solemne procesión con el Santísimo Sacramento, que da tres vueltas entorno al edículo del Santo Sepulcro. Las paredes internas del edículo se han revestido con tapices y telas para acoger la Eucaristía, que permanecerá aquí un día entero, custodiada por un valiosísimo sagrario de plata. Al final del día la oración de la Hora Santa, que comienza en el huerto de Getsemaní. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa "¿Qué es la “Hora Santa”? Recordamos, en la narración de los Evangelios, que Jesús, tras haber celebrado la última cena en el Cenáculo junto a los apóstoles, salió del cenáculo, atravesó el valle del Cedrón —que está aquí abajo— y entró en este huerto, donde había olivos y un molino de aceite, adonde ya se había retirado otras veces. Entra en este lugar a rezar. Los discípulos están en un lugar aparte, no muy lejos de él. Jesús llama a Pedro, Santiago y Juan, y les pide: “Quedaos aquí, velad y rezad conmigo”. Se reserva una intención de oración especial este año para aquellos que en todo el mundo se han visto afectados por la pandemia del coronavirus: Los enfermos y sus familias, los médicos, los enfermeros, aquellos que ocupan puestos de responsabilidad en la sociedad y en la Iglesia. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa "Rezamos, en esta hora santa, sobre todo para crecer en la capacidad de confiar en Dios Padre, sabiendo que en esta hora está con nosotros y no se ha olvidado de nosotros."
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino

San Nicolás Peregrino es un niño griego nacido en 1075, que conoció a Jesús con ocho años y al verlo recibió de él la oración de su corazón. Fue venerado como santo por los católicos y permaneció así durante aproximadamente nueve siglos. En 2023, los griegos ortodoxos de Italia lo incluyeron en su calendario litúrgico. Un santo verdaderamente ecuménico, que tiene tanto que decir a los peregrinos que hoy llegan a Jerusalén. Su vida está escrita en el libro de Mons. Natale Albino, diplomático de la Santa Sede.