Gracias al viaje misionero de San Francisco, los frailes menores están en Oriente Medio desde hace 800 años. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa Me atrevería a decir que nuestra presencia está aquí desde el principio, porque nuestra presencia en Siria existe desde los tiempos de San Francisco. Luego hubo momentos en los que estábamos más presentes y momentos en los que estábamos menos presentes. En palabras de Fr. Massimo Fusarelli, ministro general de la Orden de los Frailes Menores y Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, conocemos los desafíos de la misión en Siria. Una comunidad marcada por la guerra y el último terremoto. Fr. MASSIMO FUSARELLI, ofm Ministro general de la Orden de Frailes Menores En estos días en Siria he podido comprobar de primera mano la situación de esta tierra, lo sabía, siempre he estado informado, he leído, he visto imágenes, pero ver, cruzar lugares, conocer gente es otra cosa, como también lo son nuestros hermanos. He visto una tierra muy hermosa, muy rica, con mucho potencial y una tierra muy herida por la guerra, por el terremoto, por todo lo que ha pasado y al mismo tiempo he conocido a un pueblo, gente con mucha dignidad y con mucha determinación. Ciertamente aún con mucho esfuerzo, con el esfuerzo de permanecer en esta tierra, diría que aquí se mezclan muchas situaciones y sentimientos diferentes. Fr. MASSIMO FUSARELLI, ofm Ministro general de la Orden de Frailes Menores Y finalmente puedo decir que antes de venir a Siria pasé dos días en el Líbano, una situación diferente, pero también allí vi a los frailes que están con la gente, están cerca de las comunidades y tratan de dar esperanza. Digo que la palabra es todavía muy difícil de pronunciar en estas condiciones pero es parte de nuestra fe en Dios. Dios es más grande que cualquier destrucción, que cualquier poder humano y podrá dar a este pueblo su paz. Poco después del terrible terremoto que azotó Siria y Turquía a principios de año, el custodio fue a visitar a los frailes de la Custodia y de las comunidades que se encontraban en grandes dificultades y nos cuenta lo que encontró. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa Digamos que en los últimos meses ciertamente ha habido un fuerte compromiso por parte de nuestros frailes para ayudar a la gente de los pueblos, incluso para reconstruir sus casas. Allí en Alepo el esfuerzo también fue ayudarlos a regresar a sus hogares y también a encontrar un poco de serenidad. Sin embargo, es muy difícil porque la situación económica es muy trágica. Yo diría que mucha gente todavía siente el deseo de irse y no tiene ganas de seguir quedándose. Fr. Patton recuerda los momentos de ánimo para la comunidad cristiana. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa La consagración episcopal del padre Hanna fue un momento de celebración, en mi opinión extraordinario, y lo que más me llamó la atención fue ver cómo la gente se reconocía en el obispo. Es decir, ver que la gente se sentía representada por este hermano que permaneció siempre allí en su lugar, al lado de su grey, al lado de sus fieles y que arriesgó su vida por ellos. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa Y además quiero decir que también aprecié mucho la homilía, las palabras del cardenal Gugerotti, prefecto del dicasterio para las Iglesias orientales, que pronunció palabras muy fuertes de condena hacia quienes están detrás de las guerras y hacia quienes continúan matando de hambre a las poblaciones civiles, poniéndolas en dificultades mediante guerras, formas de embargo, sanciones que penalizan a los más pobres. En las palabras del custodio de Tierra Santa también los mejores deseos con motivo de la fiesta de San Francisco. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa El deseo que naturalmente ofrezco con ocasión de la fiesta de San Francisco es que todos nosotros, como Francisco, podamos redescubrir que el Evangelio da sentido, sabor, orientación a nuestra vida y cómo a través del Evangelio podemos realmente encontrarnos. escuchar, seguir a Jesucristo y por él, junto con Él, recorrer el camino de nuestra vida para luego alcanzar esa meta que es la vida eterna, la comunión con Dios.