“Quédate con nosotros, Señor”: Solemnidad de los santos Simeón y Cleofas en Emaús
2023-09-25 07:00:09
En la mañana del 23 de septiembre, en Emaús Al Qubeibeh, la comunidad de los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa se reunió alrededor del altar para recordar a los santos Simeón y Cleofás. Estos son los dos discípulos a los que se acercó Cristo Resucitado mientras se dirigían desde Jerusalén a este pueblo, después de la muerte de Jesús.
En su homilía, Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, se refirió a la invitación que los dos discípulos dirigieron a Jesús una vez llegaron cerca de Emaús, ofreciendo hospitalidad a aquel extranjero: "Quédate con nosotros, porque se hace tarde".
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm
Custodio de Tierra Santa
Emaús es precisamente un mensaje de esperanza pascual, porque esta invocación que los discípulos hacen a Jesús proviene de un corazón que casi ha dejado de esperar, un corazón que ahora tiene miedo de la noche, miedo de la oscuridad. Por lo tanto, el encuentro con Jesús se convierte en un encuentro que reaviva en el corazón el sentido de la vida y el deseo de vivir y también —me atrevo a decir— el deseo de compartir este encuentro fundamental que es el encuentro con el Señor Jesús.
Jesús responde a la petición de los dos discípulos y se queda con ellos. Les ayuda así a superar el miedo y recuperar la esperanza perdida.
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm
Custodio de Tierra Santa
Luego está este gesto extraordinario de partir el pan. Es precisamente el momento de máximo compartir y nos hace comprender que Jesús sigue estando presente en cada acto, en cada gesto de compartir, no sólo en el sacramento de la Eucaristía. Cuando podemos compartir nuestro tiempo con un enfermo, podemos compartir nuestro pan con un pobre, Jesús está presente. Cuando podemos compartir nuestro hogar con quienes no tienen hogar, Jesús está presente. Es como decir que la Resurrección y la experiencia de la resurrección continúan a través de esta experiencia pascual de compartir.
Durante la celebración, el joven fraile Darlington Chidiogo, originario de Nigeria, renovó sus votos de manos del custodio. Un poco antes de la tradicional fecha del 3 de octubre, tránsito de san Francisco, ya que parte hacia Rodas, donde realizará su "año franciscano" y también estudiará griego.
El santuario de Emaús, hermoso y bien cuidado por la pequeña comunidad, está construido sobre los cimientos de lo que se ha identificado como la casa de Cleofás. Las puertas están abiertas para acoger a peregrinos, forasteros y voluntarios. Las monjas de San Carlos Borromeo brindan servicio a ancianos y enfermos. Un lugar reservado al silencio y a la escucha de Dios, donde su presencia es un signo de esperanza en un pueblo enteramente musulmán, que según el padre Patton conoce bien la historia evangélica de Emaús según San Lucas.
Fr. FRANCESCO PATTON, ofm
Custodio de Tierra Santa
Creo que estar presentes, aunque sean pocos, en un lugar donde somos pocos es una hermosa imagen de lo que es nuestra presencia como Iglesia en el mundo, en un mundo que no es predominantemente cristiano, sino que es un mundo que puede tal vez reconocer la presencia de Jesús resucitado precisamente a través de los discípulos de Jesús, si nosotros, discípulos de Jesús, somos capaces de hacerlo reconocer en la fracción del pan.
Fr. ZAHER ABBOUD, ofm
Superior de la Casa de Emaús
Esta presencia es siempre como pedirle al Señor "quédate con nosotros" porque sin su presencia no podemos ver la luz de la Pascua. Su presencia también nos da el valor de regresar a Jerusalén para anunciar su resurrección, su vida y su triunfo sobre el pecado y la muerte.
Ver también
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino
San Nicolás Peregrino es un niño griego nacido en 1075, que conoció a Jesús con ocho años y al verlo recibió de él la oración de su corazón. Fue venerado como santo por los católicos y permaneció así durante aproximadamente nueve siglos. En 2023, los griegos ortodoxos de Italia lo incluyeron en su calendario litúrgico. Un santo verdaderamente ecuménico, que tiene tanto que decir a los peregrinos que hoy llegan a Jerusalén. Su vida está escrita en el libro de Mons. Natale Albino, diplomático de la Santa Sede.