La luz del Adviento disipa las tinieblas del dolor y enciende la esperanza de la paz

2024-12-02 11:34:46
En el primer domingo de Adviento, el custodio de Tierra Santa cruzó la puerta del muro de separación, que es testimonio silencioso de largos años de sufrimiento en la tierra donde nació el Príncipe de la Paz: Belén. Con su entrada oficial en Belén, el Fr. Patton anuncia el inicio del tiempo de Adviento, en medio de las heridas de la historia, y recuerda que la luz que brilló desde la Gruta de la Natividad hace dos mil años sigue iluminando el camino hacia el amor y la paz. El 30 de noviembre, por la Calle de la Estrella y el Arco de Al-Zarara en dirección a la Iglesia de la Natividad, una procesión de niños de Belén desfiló con pancartas que expresaban sus esperanzas. Acudieron a recibir al custodio de Tierra Santa, acompañados por un grupo de fieles y representantes de las comunidades religiosa y civil. Fr. IBRAHIM FALTAS, ofm Vicario de la Custodia de Tierra Santa Los niños sostenían pancartas que decían: "Rezad por los niños de Gaza" y "Detened la guerra". Hoy, en sus ojos, se percibía una profunda tristeza, nunca vista en las entradas oficiales de años pasados. Sus almas parecían agobiadas por un dolor que expresaban claramente a través de los mensajes de sus estandartes. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa La principal esperanza en este momento es la de la paz, seguida del deseo de que los cristianos locales puedan trabajar y obtener un empleo digno. Por este motivo, invito a los peregrinos a regresar lo antes posible a Tierra Santa, especialmente a Belén y Jerusalén, con la sincera esperanza de que esta guerra termine antes de Navidad. Niños de Belén Mi nombre es Jan Salameh y espero que podamos vivir en paz, que esta guerra termine pronto y les deseo una feliz Navidad. Mi nombre es Lamar Hanania. Les deseo felices fiestas y el fin de la guerra, rezando a Dios para que proteja a los niños de Gaza. Fr. IBRAHIM FALTAS, ofm Vicario de la Custodia de Tierra Santa Esperamos que estos niños puedan vivir en libertad y dignidad, con un futuro mejor. Belén atraviesa circunstancias muy difíciles y uno de los problemas más graves para la ciudad y para la Iglesia es la emigración de cristianos. Belén vive un continuo éxodo de cristianos, que representan un componente fundamental de su tejido histórico y cultural. Esta migración no es sólo una pérdida para la Iglesia en Tierra Santa, sino que también implica la pérdida de un profundo patrimonio espiritual y cultural para todos. ELIANA GHAWALI Belén Llevamos más de un año afrontando estas dificultades y estamos muy cansados, sobre todo de tener que explicar el significado de la guerra a nuestros pequeños, que no pueden entenderlo. La guerra no sólo nos afectó económicamente, sino también psicológicamente. En cierto momento pensamos en emigrar, pero nos preguntamos: si nos vamos, como lo han hecho muchos otros cristianos, ¿quién se quedará aquí? Deseamos afirmar nuestra presencia, a pesar de todas las dificultades que vivimos. Sabemos que tenemos un Padre celestial y confiamos en que no olvidará a sus hijos. GEORGE SABAT Belén Muchas familias cristianas, entre ellas algunos amigos míos, han sufrido un enorme impacto y lamentablemente se han visto obligadas a emigrar de Belén debido a las difíciles condiciones económicas, la incapacidad de cubrir las necesidades esenciales de sus hijos y el temor de que la guerra, que comenzó a Gaza, podría extenderse hasta aquí. Pese a todo, reiteramos: nuestras raíces están aquí, aquí empezamos y aquí permaneceremos. Con el encendido del primer cirio de Adviento en la Gruta de la Navidad de Belén, lugar donde comenzó la promesa de la salvación, creemos que Dios no abandonará a Su Tierra y a Su pueblo. A pesar del sufrimiento y las dificultades, la esperanza sigue viva.
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino

San Nicolás Peregrino es un niño griego nacido en 1075, que conoció a Jesús con ocho años y al verlo recibió de él la oración de su corazón. Fue venerado como santo por los católicos y permaneció así durante aproximadamente nueve siglos. En 2023, los griegos ortodoxos de Italia lo incluyeron en su calendario litúrgico. Un santo verdaderamente ecuménico, que tiene tanto que decir a los peregrinos que hoy llegan a Jerusalén. Su vida está escrita en el libro de Mons. Natale Albino, diplomático de la Santa Sede.