Los católicos celebran la Ascensión del Señor en Jerusalén

2016-05-05 13:46:27
Cuarenta días después de la resurrección del Señor, los franciscanos de Tierra Santa se reunieron en esta capilla situada en el Monte de los Olivos, en la antigua aldea de Betania, para celebrar la ascensión de Jesús al cielo. La capilla, que conserva la memoria de este acontecimiento, se encuentra en una propiedad musulmana, junto a una mezquita, y esta es la única ocasión del año en la que los católicos pueden celebrar allí una liturgia. Se montan tiendas en las proximidades de la edícula de la Ascensión, que se llena con la presencia de fieles locales, religiosos y peregrinos. Sor MIRIAM FERNANDO Salesiana – Sri Lanka “Estoy muy contenta de estar aquí. Para mí es una bendición poder tener experiencia directa de la Ascensión del Señor. Cuando entré aquí sentí realmente que un día todos estaremos juntos en el cielo.” El episodio narrado por el evangelista Lucas señala el momento en el que Jesús ascendió desde la tierra al cielo, ante sus apóstoles. Justo al inicio de la misa, celebrada en la edícula, la roca que se encuentra en su interior fue incensada. En la homilía, el Vicario de la Custodia de Tierra Santa, P. Dobromir Jasztal, explicó cómo en el siglo I la Iglesia celebraba en un solo momento la resurrección, ascensión y Pentecostés, mientras que con el paso del tiempo las celebraciones se separaron. P. DOBROMIR JASZTAL, ofm Vicario de la Custodia de Tierra Santa “Desde aquel momento los discípulos comprendieron el Misterio del Reino de Dios y comprendieron la misión de Jesús, comprendieron la buena nueva, el mensaje que Jesús nos dejó para que difundieran la fe, la buena nueva en todo el mundo. Y solo después de la Ascensión Jesús actúa, permanece siempre vivo en nuestros corazones, permanece vivo en nuestra misión. Pero comprenden ya la profundiad de su Misterio.” La celebración comenzó el día anterior con la entrada solemne del vicario de la Custodia y con el rezo de vísperas por parte de los franciscanos. En el interior de la pequeña edícula se encuentra la roca de la ascensión, sobre la cual se puede todavía ver la huella. Según la tradición cristiana, de hecho, Jesús se encontraría en este lugar antes de ascender al cielo. P. ALESSANDRO CONIGLIO, ofm Studium Biblicum Franciscanum “Por tanto de alguna manera es el testamento que Jesús nos ha dejado, el último testimonio de su presencia física en medio de nosotros. Ahora Él continúa estando entre nosotros. Como digo a menudo a los peregrinos cuando venimos a este lugar, Jesús ascendido al cielo no quiere decir que Jesús nos abandone. Jesús está todavía más presente entre nosotros, porque su presencia ahora es una presencia todavía más íntima para cada uno de nosotros.” Las últimas palabras de Cristo en la tierra fueron una promesa, la promesa de que mandaría al Espíritu Santo para dar a sus discípulos la fuerza de ser sus testimonios en los cuatro puntos del mundo. Sor ADRIANA SILVA Salesiana Hija de María Auxiliadora - Uruguay “Especialmente ahora que estamos esperando la fiesta de Pentecostés, venir aquí nos recuerda también que el Señor nos mandará a Su Espíritu para estar con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos. Los cristianos pueden en su día a día hacer el bien, vivir el Evangelio, tener la certeza de que no estamos solos, sino que el Señor les acompaña, les da fuerza, los sostiene.” Aunque la fiesta de la Ascensión recuerda un acontecimiento, es decir, la ascensión de Jesús al cielo, evidencia también una parte de la narración que todavía no se ha cumplido. El mismo Jesús que subió al cielo ante sus discípulos hace más de dos mil años, algún día volverá.
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino

San Nicolás Peregrino es un niño griego nacido en 1075, que conoció a Jesús con ocho años y al verlo recibió de él la oración de su corazón. Fue venerado como santo por los católicos y permaneció así durante aproximadamente nueve siglos. En 2023, los griegos ortodoxos de Italia lo incluyeron en su calendario litúrgico. Un santo verdaderamente ecuménico, que tiene tanto que decir a los peregrinos que hoy llegan a Jerusalén. Su vida está escrita en el libro de Mons. Natale Albino, diplomático de la Santa Sede.