Las celebraciones de la Navidad del Señor continuaron en Belén en este primer fin de semana de 2018, donde los ortodoxos, que siguen el calendario oriental, celebraron el nacimiento de Cristo. La ciudad acogió así a los líderes de las iglesias greco-ortodoxa, siriaca, copta y etíope. A primera hora de la mañana del sábado, el arzobispo Mar Suerius Melki Murad, vicario patriarcal de la Iglesia Ortodoxa Siriaca en Tierra Santa y en Jordania, ya ha hecho su entrada a la plaza de la Natividad. S. E. MAR SWERIOS MALKI MURAD Vicario Patriarcal de la Iglesia Siriaco-Ortodoxa de Tierra Santa y Jordania “El mensaje de Cristo es un mensaje de amor, de paz y de justicia. Jesús nos ha traído alegría, nos ha salvado de nuestros pecados, del pecado de Adán y Eva, de la muerte, dándonos una nueva vida. Espero que la Navidad sea un tiempo nuevo para Palestina y para Tierra Santa.” A continuación la procesión encabezada por el vicario patriarcal copto ortodoxo de Jerusalén, Anba Antonius, fue recibida en Belén y, tras los saludos oficiales, hizo su entrada en la Basílica de la Natividad. El patriarca greco-ortodoxo, Teófilo III, llegó a Belén entre las protestas de sus fieles, descontentos con su gestión. Por último tuvo lugar la entrada del arzobispo etíope, Aba Embakob, acompañado por el cónsul de Etiopía y por varios feligreses. Para los cristianos locales y peregrinos ha sido una nueva ocasión para renovar la esperanza y para rezar por la paz. NADIA TANAS Cristiana de Belén “Me gusta venir aquí y participar en las celebraciones navideñas que hay cada año. Espero que la paz sea posible en las naciones árabes y que un día podamos vivir en estabilidad, amor y paz con todos, porque desde mi infancia solo he oído hablar de guerras y de problemas.” NICOLE AL-HIHI Pelegrina - Finlandia “He venido desde Finlandia para visitar Belén y participar en las fiestas navideñas. He venido con mi familia, mi madre y mis hermanos.” Desde el Vaticano, el papa Francisco envió su felicitación a las iglesias ortodoxas. Expresó el deseo de que “esta celebración sea fuente de nuevo vigor espiritual y de comunión entre todos los cristianos, que reconocen a Jesús como Señor y Salvador.”