Fr. MATTEO BRENA, ofm Comisario de Tierra Santa - Toscana (Italia) Visitar Siria ha sido una ocasión muy importante no solo para hacer una visita fraterna a nuestros hermanos en Damasco, Alepo y Latakia sino también para ver y comprender las condiciones de la población, de los cristianos. Una fuerte experiencia para Fr. Matteo Brena, que acaba de regresar de un viaje a Siria, realizado en nombre de todos los Comisarios de habla italiana. La visita es un tiempo de gracia, pero también de escucha: de la vida de los franciscanos, de la gente, de sus esperanzas y de sus dificultades. Fr. MATTEO BRENA, ofm Comisario de Tierra Santa - Toscana (Italia) Escuchar la realidad, los testimonios de la gente me han hecho comprender lo rica que es nuestra comunidad, aunque marcada por la prueba, y tentada a no tener más esperanza. Nuestras comunidades tienen una mirada de fe, un horizonte y sienten las parroquias como su familia, en los conventos se realizan muchas actividades no solo pastorales, sino también de caridad, actividades para superar los traumas de la guerra y la incertidumbre del futuro. Un viaje que trae consigo grandes responsabilidades. Fr. MATTEO BRENA, ofm Comisario de Tierra Santa - Toscana (Italia) Eso de informar, de contar a las comunidades, a las instituciones lo que se ha visto, lo que se ha podido escuchar, de alguna manera suplir las necesidades de la tierra de Siria, de la comunidad siria, no solo a través de la recaudación de fondos, sino también a través del recuerdo, la oración y la información. Fr. MATTEO BRENA, ofm Comisario de Tierra Santa - Toscana (Italia) Lo que más me ha impactado ha sido la acogida. La capacidad de los frailes y de las comunidades para acoger, a pesar de todo, a pesar de la falta de agua, gasolina, electricidad durante la mayor parte del día. Pero los corazones están abiertos. Sentirse acogidos, introducidos en una vida que, a pesar de todo, continúa. Es un corazón que late con fuerza, esto marca profundamente el espíritu de todo hombre que cree haber venido a ayudar y en cambio es ayudado por una realidad que lo necesita. Así es el Evangelio: donde los más pobres, los que más sufren son los más capaces de reconocer a Jesús que viene a visitarlos, en el extranjero que pasa por allí.