A pesar de ser un santuario mariano, la Basílica de la Anunciación de Nazaret indica que María es el modelo, pero la centralidad es Cristo, porque este es el lugar de la encarnación del Verbo. “Verbum caro hic factum est” es la inscripción presente en el lugar del anuncio. Aquí el Verbo se hizo carne. Hacemos un viaje a través del tiempo con Fray Bruno Varriano, rector de la basílica, para visitar y descubrir este lugar especial. Fr. BRUNO VARRIANO, OFM Rector de la Basílica de la Anunciación “Bienvenidos al santuario mariano por excelencia, porque aquí vivió la Virgen María, este fue el lugar del anuncio del ángel a la Virgen Santísima. María estaba en su casa, la casa de sus padres, cuando se acercó el arcángel Gabriel y le hizo el anuncio. Este lugar, esta casa, siempre ha sido venerada.” Como nos explica Fray Bruno, ha habido siempre un vínculo litúrgico entre los diferentes periodos hasta el día de hoy y también los informes arqueológicos lo demuestran. La excavación de la aldea, cuyos restos se pueden visitar todavía en el interior del área arqueológica junto a la basílica, saca a la luz un sistema de grutas naturales y artificiales que eran parte integrante de las viviendas. Fr. BRUNO VARRIANO, OFM Rector de la Basílica de la Anunciación “La aldea de Nazaret ya existía en el Antiguo Testamento, antes de Jesús. Las ciencias arqueológicas nos dice también que era un pueblo agrícola y que entre las casas, una era la casa venerada como el lugar de la casa de María. Tenemos también un grabado “Hairo Maria”, del primer o segundo siglo, que es el testimonio mariano más antiguo del mundo. Los parientes de Jesús, parientes de María y de José, que tenían ya esta devoción y la habían conocido, transformaron la casa de María en Domus ecclesiae.” La Domus ecclesiae, término latino que significa “casa de la asamblea” o “casa de la iglesia”, era un edificio privado, adaptado a las necesidades del culto, en el que se reunían los primeros cristianos en época anterior al edicto constantiniano del 313. En los siglos siguientes el lugar continuó siendo venerado y transformado tanto por los bizantinos como por los cruzados, hasta la llegada de los franciscanos que recibieron en donación la propiedad de la gruta del Emir druso de Sidón. Fr. BRUNO VARRIANO, OFM Rector de la Basílica de la Anunciación “Los frailes llegaron en 1620, construyeron una pequeña iglesia, que permaneció hasta 1955 cuando dijeron, con razón, que el lugar de la Anunciación se merecía una magnífica basílica. Y así fue como se construyó la actual basílica, con el proyecto de Giovanni Muzio, que es grandiosa, es la más grande de Oriente Medio, y contiene las devociones marianas de todo el mundo.” Desde hace siglos Nazaret es, en el corazón de los peregrinos y viajeros, la “flor de Galilea”, que custodia la memoria del diálogo entre el arcángel Gabriel y María.