El mensaje de amor y misericordia encarnado por San Vicente de Paúl sigue vivo a través del servicio de las Hermanas de la Caridad de Belén. P. Khalil Maroun Lazarista San Vicente nos enseñó que el amor es un fuego y que este fuego debe extenderse y nunca apagarse. Rezo para que un fuego arda dentro de cada uno de nosotros y encienda un espíritu de amor por todos los pobres y marginados. En su cálido hogar que es refugio para corazones rotos y almas vulnerables, las Hermanas de la Caridad de San Vicente acogen a los huérfanos y les brindan lo que han perdido desde su nacimiento: amor, cuidado y seguridad. Sor Lodi Hermanas de la Caridad - San Vicente Seguimos los pasos de las monjas que han habitado este convento desde 1884 y trajeron aquí su mensaje y su vida. Los niños son vida y alma. Se decidió que me mudaría aquí. Revivo mi infancia con estos niños, porque son amor, alegría y sonrisas. Este es un mensaje muy importante: estamos viviendo nuestra maternidad con estos niños. Sor Lodi Hermanas de la Caridad - San Vicente Me conmueve mucho cuando los niños se van a dormir, porque es la madre quien le da cariño al niño. Cuando escucho que los niños me llaman "mamá", me emociono mucho y tengo que dar mucho, porque estos niños son nuestros hijos y hermanos. San Vicente de Paúl, padre de los pobres, vivió un período de gran desigualdad social y económica, pero vio el rostro sufriente de Cristo en los pobres y marginados. Para celebrar su aniversario, las Hermanas de la Caridad de San Vicente celebraron una misa solemne el 28 de septiembre, presidida por el padre Khalil Maroun en presencia de un gran número de feligreses de la ciudad. Padre Khalil Maroun Lazarista Jesús dice: Tuve hambre y me disteis de comer. Tuve sed y me disteis de beber. Estuve desnudo y en prisión, me vestisteis y me visitasteis. Estamos en tiempos de guerra y dificultad, especialmente en la ciudad de Belén, esta zona aislada y desierta siempre necesita ayuda. Necesitamos solidaridad mutua. San Vicente nos pide que abramos nuestras puertas y ayudemos en todo lo que podamos. La ocasión nos invita a reflexionar sobre la llamada de cada uno de nosotros a ser puente entre el cielo y la tierra, siguiendo el ejemplo de San Vicente, y a vivir el mensaje de amor con generosidad ilimitada. Suhaila Thalgieh Belén Hago un llamamiento a toda la comunidad palestina, así como a toda la comunidad local en todas sus formas, para que apoyen esta institución. Estos niños son nuestros hijos. Debemos estar a su lado, ayudarlos y asegurarnos de que esta casa siga en pie. Cincuenta niños necesitan servicios, atención médica, asistencia y educación. Necesitan lugares pequeños donde puedan vivir su vida con normalidad. Todo esto se lo proporciona al niño palestino marginado este hogar, tan pequeño y al mismo tiempo tan grande.