El calendario litúrgico nos llevó el 8 de septiembre a la casa de Santa Ana y San Joaquín, donde según la tradición nació la Virgen María. P. DAVID SULLIVAN, M. Afr. Rector de la Basílica de Santa Ana Puedo decir que la Natividad de la Virgen María que celebramos hoy aquí en Santa Ana es el centro mundial de esta gran celebración. Y es también el lugar de un milagro de Jesús, que leemos en el capítulo 5 del Evangelio de San Juan, el del paralítico que estaba al borde del estanque esperando que el agua se moviera. Entonces llega Jesús y le pregunta: ¿Quieres ser curado? Coge tu camilla y camina. Por tanto un lugar dos veces santo, tanto por el nacimiento de María como por el milagro de Jesús. Una basílica muy visitada por muchos peregrinos. Sin embargo, su presencia es cada vez más reducida, desgraciadamente, desde el inicio de la guerra hasta nuestros días. P. DAVID SULLIVAN, M. Afr. Rector de la Basílica de Santa Ana Ha sido un año de un poco de tristeza pero también de esperanza porque rezamos por la paz y la tristeza es superada por la esperanza para los cristianos. Así que hoy no ha sido una celebración triste, ha sido una celebración con moderación, por supuesto, pero una gran oración por la paz. Dada la situación actual en Tierra Santa, solo estaban presentes las comunidades religiosas locales, pero representaban al mundo entero. Venían a agradecer a Aquella que fue predestinada por Dios para ser Madre de su Amado Hijo. HENRIQUE DOS REIS ESCUDEIROS Estudiante de Teología Para mí, participar en estas celebraciones en el lugar donde sucedieron las cosas según la tradición y según nuestra fe es indescriptible. Pido también por aquellos que trabajan aquí en Tierra Santa y se comprometen a anunciar el Evangelio de Jesús. GEOFFREY MWANGI, M. Afr. Estudiante de Teología Llegué aquí el 15 de agosto y hoy ha sido un día increíble para asistir a mi primera gran celebración. Sobre todo, celebrar la Natividad de María en el mismo lugar donde creemos que nació. Ha sido una gran fiesta y estoy feliz de estar aquí. La Santa Misa fue presidida por Fray Michel Muhindo, de la Custodia de Tierra Santa y concelebrada por los sacerdotes de la comunidad franciscana y los religiosos misioneros Padres Blancos, custodios del lugar. Por tratarse de territorio francés, también estuvo presente en la iglesia Monsieur Quentin Lopinot, vicecónsul general, y, como tradición, se realizó la oración de bendición dirigida a Francia. Momento también para tomar una decisión ante los desafíos de este tiempo, en cuanto a la custodia de la vida. Fr. Michel quiso subrayar lo absurdo de la humanidad al no cuidar de sus hijos. El nacimiento de María nos revela que cada vida lleva en sí un plan divino. Fr. MICHAEL MUHINDO, ofm Custodia de Tierra Santa El nacimiento de María es un acontecimiento para nosotros y esto nos dice que María estaba predestinada, como leemos en la carta a los Romanos. Ser la madre de Jesús, la madre del Emmanuel, el Dios con nosotros. Por eso cada nacimiento es siempre un acontecimiento, cada niño es preservado, está predestinado a algo. Hoy de manera especial el Evangelio nos invita y invitamos al mundo entero a preservar la vida, a valorar la vida, a salvaguardar la vida en todos los sentidos, y de manera especial oramos por estos niños asesinados, a causa del corazón endurecido de algunos. Al finalizar la celebración, la procesión se dirigió hacia la gruta del nacimiento de la Virgen, para la veneración del lugar santo. Fr. MICHAEL MUHINDO, ofm Custodia de Tierra Santa Con la Natividad de María pedimos la gracia de apreciar la vida todos los días de nuestra vida cristiana.