Belén, dentro de los Territorios Palestinos, tiene una población de alrededor de 35 mil habitantes y está situada a unos 10 km al sur de Jerusalén. Al menos 3 grandes santuarios de la zona hablan del advenimiento que cambió la historia de la humanidad, el nacimiento de Jesús. El pueblo árabe de Beit Sahour ha sido identificado por la tradición como el Campo de los Pastores, el lugar donde los ángeles anunciaron el nacimiento del Salvador. Según una tradición muy antigua, en la Gruta de la Leche, cerca de la Basílica de la Natividad, María se detuvo para cuidar al bebé, descansar y amamantarlo. Y la Basílica de la Natividad, de nuevo vacía, afectada ahora por la ausencia de peregrinaciones a causa de la guerra en Gaza. La ciudad está rodeada por el muro de separación de Cisjordania que para Israel es considerado una "barrera de seguridad" que separa el territorio palestino del territorio israelí. Este sábado 2 de diciembre con motivo del inicio del Adviento, Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, hace su entrada solemne en la ciudad cruzando el muro conforme al Statu Quo. Fr. FRANCESCO PATTON, ofm Custodio de Tierra Santa Haremos un gesto muy importante al pasar de Jerusalén a Belén cruzando un muro. Para mí este es el gesto más importante. El cruce del muro que hacemos cuando hay entradas es seguir diciendo que hasta un muro se puede cruzar. El recorrido por el antiguo camino de los patriarcas parte del Monasterio de San Elías donde fueron recibidas las autoridades civiles y religiosas, pasando por la Tumba de Raquel, atravesando las puertas blindadas del enclave que lo encierra y que fueron diseñadas específicamente para dejar pasar estas procesiones. En la plaza del pesebre el custodio fue recibido por las autoridades civiles, entre ellas el alcalde de Belén, representantes de asociaciones locales y el embajador de Croacia. Para el Custodio de Tierra Santa ha sido una entrada menos solemne de lo habitual. A pesar de ello la presencia de los niños del Terra Santa School hizo que su llegada fuera igualmente festiva y llena de alegría. Finalmente, en la puerta de entrada de la Basílica de la Natividad, el custodio fue recibido por las dos comunidades corresponsables de la custodia del Lugar Santo y por el guardián de la comunidad franciscana local. Acompañado del canto del Te Deum, el custodio entró luego en la iglesia de Santa Catalina donde tuvo lugar un momento de oración. A esto le siguió la oración de vísperas, dentro de la cual tuvo lugar una procesión hasta la gruta de la Natividad, donde el custodio encendió el primer cirio de Adviento, signo de esperanza y expectativa de paz.