Se trata de una costumbre ya consolidada, que tras el año de pandemia vuelve a realizarse: Pocos días después de la Pascua ortodoxa, los frailes de la Custodia de Tierra Santa llevaron sus felicitaciones a las iglesias ortodoxas griega, etíope, siriaca y copta de Jerusalén, tras haber recibido los suyos con ocasión de la pascua católica, un mes antes. Fue especialmente participado el saludo de Fr. Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, al patriarca greco-ortodoxo Teófilo III. “Esperamos y rezamos —dijo el custodio— que el fuego de la reconciliación, de la paz, de la resurrección y de la novedad de la vida que la Pascua nos da llega a lo más profundo de los corazones de todos los hombres y mujeres del mundo. Aprovecho la ocasión —continuó— para decir que esperamos que nuestras comunidades sean capaces de expresar, sobre todo en la Basílica del Santo Sepulcro, un signo de unidad”. “La importante cooperación entre todos —respondió el patriarca Teófilo III— es un signo esperanzador para todos aquellos que buscan en Jerusalén esperanza y consuelo espiritual en este tiempo pascual”. Poco después, llegó el patriarca latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, junto a representantes del resto de confesiones cristianas, para llevar su felicitación. “Las Iglesias de Jerusalén —comentó Mons. Pizzaballa— tenemos el deber de testimoniar la luz frente al mundo, y ante todo frente a nuestras comunidades”. Así los franciscanos se reunieron con los arzobispos Aba Embakob, del patriarcado etíope, Gabriel Daho del siriaco y Anba Antonios, del copto, que renovaron su respeto, estima y amistad frente a la Custodia de Tierra Santa. A todos, Fr. Francesco Patton, recordó las palabras pronunciadas por el papa Francisco con ocasión de la Pascua 2021: “Este es el anuncio de Pascua: Cristo vive, Cristo acompaña mi vida, Cristo está junto a mí. En estos días de Pascua sería hermoso para nosotros repetir: ‘El Señor vive’”.