Un rugido, mezclado con alegría y lágrimas, acoge la luz que surge del Santo Sepulcro… Y, en pocos minutos, se propaga por toda la Basílica… De las velas del patriarca griego, por las ventanas laterales del edículo. El milagro del fuego, don de Cristo Resucitado, anuncia un año más la Pascua Ortodoxa. Peregrina “Es indescriptible lo que estoy sintiendo, realmente ha resucitado.” “No me da miedo quemarme… Porque esta es una luz santa y durante 33 minutos no quema.” El sábado de la luz ortodoxo es una de las celebraciones más multitudinarias de Jerusalén. Desde las primeras horas del alba, la Ciudad Vieja queda cerrada por las fuerzas del orden. En el interior de los antiguos muros, con los fieles locales, son pocos los privilegiados. Como Irin, cristiana copta, llegada con su marido desde el Cairo. IRIN “He dormido solo una hora esta noche, pero vale la pena. Nos hemos levantado a las cuatro de la mañana.” La tarea de llamar al portón de la Basílica corresponde a los armenios. Son los primeros en entrar en el Santo Sepulcro, seguidos por los representantes del resto de comunidades ortodoxas. Cada uno tiene su lugar, entorno al edículo del Santo Sepulcro. Los últimos en llegar son los jóvenes cristianos del barrio, que no pasan desapercibidos. El patriarca griego Teófilo III, rodeado de la multitud, comienza la procesión entorno al edículo. Tres vueltas acompañados por la invocación a Dios para que se manifieste a través de la luz santa. Después de quitarse los ornamentos litúrgicos, Teófilo III entra en el Santo Sepulcro. Con él, en la antecámara, está el patriarca armenio, único testigo del milagro. Todas la velas y el resto de luces de la basílica se apagan. Mientras que el patriarca griego invoca en la tumba vacía el signo de la resurrección: El encendido prodigioso del fuego santo. Las campanas del Santo Sepulcro suenan largamente de fiesta… La luz milagrosa se propaga también fuera de la basílica…, a través de las velas encendidas por los peregrinos. Cristiano local “Llevo la luz de Pascua a casa, a mi familia.” El fuego santo ilumina las antorchas de los scouts… En la festiva marcha entorno a los muros de la Ciudad Vieja.