“Abandono confiado a Dios”: Cuarta peregrinación

2019-04-11 11:57:45
“Hemos venido aquí para comenzar con Jesús el viacrucis. Para comenzar este camino que lo llevará hasta el Gólgota, hasta el momento de su muerte en cruz y su resurrección.” Estas son las palabras pronunciadas por Fr. Ramzi Sidawi, ecónomo de la Custodia de Tierra Santa, en su homilía, que tuvo lugar en la capilla de la condena, en el contexto de las peregrinaciones cuaresmales. En esta cuarta etapa, los frailes de la Custodia celebraron la Eucaristía en el lugar que recuerda la condena de Cristo. La capilla, realizada en 1903 en el lado oeste del claustro del convento de la Flagelación, es llamada también Lithostrotos, palabra de origen griego que significa pavimento de piedra. Las lecturas referidas al lugar santo recordaron los momentos en los que Pilatos se lavó las manos ante la multitud que pedía la muerte de Jesús. “De la multitud que seguía a Jesús antes de entrar en su pasión —subrayó Fr. Ramzi—, la que buscaba a Jesús por sus palabras hermosas, la que buscaba a Jesús para obtener alguna curación, para tocarlo, obtener una gracia..., ya no queda nadie. Pero Él se abandona en Dios y en las manos de Dios, ciertamente esta no será la última palabra de Dios para él.” En este último paso del camino cuaresmal, antes de la Semana Santa, fieles y peregrinos se unieron a la comunidad franciscana para rezar. “¿Cómo seguir a Jesús en el camino de la cruz? Concluyó en su homilía. Quiere que le sigamos en el camino de la cruz como él la vivió, porque si a ojos de los hombres parecía un fracaso total, en el corazón de Jesús es un abandono confiado en las manos del Padre. Pedimos al Señor que nos haga vivir bien este tiempo, y salir más fuertes en la fe, para que podamos proclamarlo Rey del Amor, de justicia y de paz.”
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino
A cada paso, a cada latido: San Nicolás, peregrino

San Nicolás Peregrino es un niño griego nacido en 1075, que conoció a Jesús con ocho años y al verlo recibió de él la oración de su corazón. Fue venerado como santo por los católicos y permaneció así durante aproximadamente nueve siglos. En 2023, los griegos ortodoxos de Italia lo incluyeron en su calendario litúrgico. Un santo verdaderamente ecuménico, que tiene tanto que decir a los peregrinos que hoy llegan a Jerusalén. Su vida está escrita en el libro de Mons. Natale Albino, diplomático de la Santa Sede.